Cécile Louise Stéphanie Chaminade (París, 8 de agosto de 1857 – Montecarlo, 13 de abril de 1944) fue una compositora y pianista francesa, conocida sobre todo por su Concertino para flauta y orquesta, opus 107. Su música y sus interpretaciones fueron admiradas por un público que se deleitaba con ella, especialmente en Inglaterra y Estados Unidos. Fue la primera mujer compositora en recibir la Legión de Honor francesa en 1913.
Vida y formación musical
Cécile Chaminade nació en París, en el seno de una familia acomodada. Su madre, pianista y cantante, le dio sus primeras lecciones de música. Su padre, ingeniero, se oponía a que ingresara en el Conservatorio de París, por lo que Chaminade estudió de forma privada con profesores como Félix Le Couppey, Savart, Martin Pierre Joseph Marsick y Benjamin Godard. También recibió consejos de Camille Saint-Saëns, Emmanuel Chabrier y Georges Bizet, quien quedó impresionado por sus composiciones cuando ella tenía solo ocho años.
Chaminade fue una compositora precoz, que escribió piezas de música religiosa, música de cámara, música orquestal y música escénica. Dio su primer concierto público cuando tenía 18 años, y desde entonces realizó numerosas giras por Francia y otros países, especialmente Inglaterra, donde fue invitada de honor de la Reina Victoria. Su música se hizo muy popular allí, y se crearon varios clubes de admiradores de Chaminade, llamados Chaminade Clubs.
Chaminade también adquirió una gran fama en Estados Unidos, donde realizó una exitosa gira en 1908, recorriendo doce ciudades, desde Boston a St. Louis. Recibió varios premios y reconocimientos, entre los que destaca la Legión de Honor francesa en 1913, que por primera vez fue concedida a una mujer compositora.
En 1901, se casó con Louis-Mathieu Carbonel, un editor marsellés que murió en 1907. A partir de su boda con Carbonel y hasta 1914, su actividad compositiva decayó y Chaminade comenzó a realizar grabaciones, muchas de ellas en pianolas. El olvido progresivo del gusto por el romanticismo francés tardío provocó que sus casi 400 composiciones cayeran en el olvido.
Obra y estilo musical
Cécile Chaminade es sobre todo célebre por sus piezas para piano y por sus mélodies, obras vocales con acompañamiento pianístico, de gran expresividad y lirismo y muy adecuadas para los salones parisinos donde solían ser interpretadas. Algunas de sus canciones más conocidas son L’anneau d’argent, L’amour captif, Viens, mon bien-aimé y Mignonne.
Entre sus obras para piano, destacan sus Estudios de concierto, opus 35, sus Romances sin palabras, opus 76, su Toccata, opus 39, y su Étude symphonique, opus 28. Su estilo es elegante y asequible, con melodías memorables y texturas claras. Muchas de sus obras parecen haberse inspirado en la danza, como su Valse caprice, opus 33, su Pas des cymbales, opus 36, o sus Airs de ballet, opus 37.
Chaminade también compuso música de cámara, como sus dos Tríos para piano, opus 11 y opus 34, su Capriccio para violín y piano, opus 18, y su Sonata para piano, opus 21. Su obra más famosa es el Concertino para flauta y orquesta, opus 107, encargado por el Conservatorio de París en 1902. Es una pieza virtuosística y brillante, que combina elementos de la música clásica y la música popular.
Entre sus obras orquestales, se pueden mencionar la Suite d’orchestre, opus 20, la sinfonía lírica Les Amazones, opus 26, y el Concertstück para piano y orquesta, opus 40, que recuerda en algunos aspectos a la música de Wagner y Liszt. Chaminade también escribió obras para la escena, como la ópera cómica La Sévillane, opus 19, que fue representada en privado en 1882, y el ballet Callirhoé, opus 37, representado en Marsella en 1888.
Legado e influencia
Cécile Chaminade fue una de las pocas mujeres compositoras que logró una carrera exitosa y reconocida en su época. Su música fue apreciada por el público y por algunos críticos, que alabaron su originalidad, su sensibilidad y su técnica. Sin embargo, también tuvo que enfrentarse al prejuicio y al menosprecio de otros críticos, que consideraban su música como superficial, sentimental y femenina.
Chaminade fue una pionera en el campo de la música, y abrió el camino para otras mujeres compositoras que vinieron después de ella, como Lili Boulanger, Germaine Tailleferre o Nadia Boulanger. Su música ha sido reivindicada y recuperada por algunos intérpretes y estudiosos, que han destacado su valor artístico y su contribución a la historia de la música.