Lili Boulanger

Lili Boulanger

1893 - 1918

Lili Boulanger fue una compositora francesa que vivió a principios del siglo XX. Su carrera musical fue breve pero intensa, ya que murió a los 24 años a causa de una enfermedad crónica. Sin embargo, en ese corto tiempo logró crear una obra original y profunda, que le valió el reconocimiento de la crítica y el público, así como el prestigioso Premio de Roma. Su música se caracteriza por su expresividad, su colorido y su modernidad, y ha influido en generaciones posteriores de compositores.

Biografía

Lili Boulanger nació el 21 de agosto de 1893 en París, en el seno de una familia de músicos. Su abuela fue la cantante Juliette Boulanger, y su padre, Ernest Boulanger, fue compositor y profesor de canto en el Conservatorio de París, donde impartió clases a la madre de Lili, Raïssa Myschetsky, una princesa rusa. Su hermana mayor, Nadia Boulanger, también fue compositora y una reconocida pedagoga musical, que influyó en muchos compositores del siglo XX.

Lili Boulanger mostró desde muy temprana edad un gran talento musical, que fue estimulado por el ambiente familiar y por el apoyo de su hermana. A los dos años y medio, empezó a cantar, y a los cinco, recibió sus primeras clases de piano de Gabriel Fauré, amigo de la familia y uno de sus principales maestros e influencias. También aprendió a tocar el violín, el violonchelo, el arpa y el órgano, y estudió armonía, contrapunto, fuga y composición con su hermana y con otros profesores.

A los seis años, compuso su primera obra, una canción titulada “La lettre de mort”, probablemente en recuerdo de su padre, que había fallecido en 1900. A los ocho años, hizo su primera aparición pública como solista de violín, y a los dieciséis, ingresó oficialmente en el Conservatorio de París, en la clase de composición de Paul Vidal, aunque rara vez asistía a las clases, debido a sus problemas de salud y a su preferencia por el estudio autodidacta.

Lili Boulanger padecía una enfermedad crónica, posiblemente la enfermedad de Crohn, que le causaba frecuentes infecciones, dolores y debilidad. Esto condicionó su vida y su producción musical, y le impidió viajar y actuar con regularidad. A pesar de ello, Lili Boulanger no se dejó vencer por el sufrimiento, y se dedicó con pasión y determinación a su vocación musical.

Uno de sus mayores logros fue obtener el Premio de Roma en 1913, con su cantata “Faust et Hélène”, basada en un poema de Eugène Adenis. Lili Boulanger se convirtió así en la primera mujer en ganar este prestigioso galardón, que le permitió residir en la Villa Medici de Roma durante un año, y le abrió las puertas del mundo musical francés. Su cantata se estrenó en París el 16 de noviembre de 1913, con gran éxito de crítica y público.

Durante su estancia en Roma, Lili Boulanger compuso varias obras, como el “Salmo 24”, el “Salmo 129” y el “Salmo 130”, que reflejan su profunda religiosidad y su búsqueda espiritual. También inició su proyecto más ambicioso, una ópera basada en el poema “La princesse Maleine” de Maurice Maeterlinck, que quedó inconclusa por su muerte.

Lili Boulanger regresó a París en 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial. Su salud se deterioró aún más, y tuvo que ser hospitalizada varias veces. A pesar de su debilidad, siguió componiendo hasta el final de su vida, con la ayuda de su hermana y de su amigo, el compositor y pianista Raoul Pugno, con quien mantuvo una relación sentimental. Entre sus últimas obras se encuentran el “Pie Jesu”, el “Vieille prière bouddhique” y el “D’un soir triste”.

Lili Boulanger murió el 15 de marzo de 1918, en Mézy-sur-Seine, donde se había trasladado con su familia para huir de los bombardeos. Fue enterrada en el cementerio de Montmartre, en París, junto a su padre. Su hermana Nadia le dedicó el resto de su vida a difundir su obra y su memoria, y a formar a numerosos compositores que reconocieron la influencia de Lili Boulanger en su música.

Obra

Lili Boulanger compuso unas 50 obras, la mayoría para voz y piano, coro y orquesta, que abarcan diversos géneros, como la canción, la cantata, el salmo, el oratorio, la ópera y la música de cámara. Su obra se inscribe en el movimiento impresionista de la música francesa, pero también muestra rasgos innovadores y personales, que anticipan el neoclasicismo y la música modal.

Su música se caracteriza por su expresividad, su colorido y su modernidad. Lili Boulanger utiliza una armonía rica y sutil, basada en el uso de acordes de séptima, novena y undécima, y en la alternancia de tonalidad y modalidad. También emplea recursos tímbricos y texturales, como el glissando, el trémolo, el pizzicato, el ostinato y el contrapunto, que crean efectos de contraste y movimiento. Su ritmo es variado y dinámico, y a veces incorpora elementos de la música folclórica y oriental. Su melodía es fluida y lírica, y a menudo se inspira en la poesía de autores como Verlaine, Maeterlinck, Baudelaire y Tagore.

Entre sus obras más destacadas se encuentran:

  • “Faust et Hélène” (1913), una cantata para soprano, tenor, barítono y orquesta, basada en un poema de Eugène Adenis, que narra el encuentro entre el legendario Fausto y la bella Helena de Troya. Es la obra con la que ganó el Premio de Roma, y se considera su obra maestra. Combina el lirismo, el dramatismo y el humor, y muestra una gran habilidad orquestal y vocal.
  • “Salmo 24” (1914), una obra para coro, órgano y orquesta, que expresa la alabanza a Dios como creador y rey. Es una obra breve pero intensa, que utiliza un ritmo marcado y una armonía brillante, que contrastan con el clima sombrío de la guerra.
  • “Salmo 130” (1916), una obra para tenor, coro y orquesta, que expresa el lamento y la súplica al Señor desde las profundidades del sufrimiento. Es una obra de gran emoción y belleza, que utiliza una armonía oscura y una melodía ascendente, que simbolizan la angustia y la esperanza.
  • “Pie Jesu” (1918), una obra para soprano, cuarteto de cuerda, arpa y órgano, que expresa la oración por el descanso eterno de los difuntos. Es una obra de gran delicadeza y serenidad, que utiliza una melodía dulce y una armonía diáfana, que evocan la paz y la luz.
  • “D’un matin de printemps” (1918), una obra para orquesta o para violín y piano, que expresa la alegría y la vitalidad de la primavera. Es una obra de gran frescura y dinamismo, que utiliza una melodía fluida y una armonía luminosa, que crean un ambiente de optimismo y felicidad.

Influencias

Lili Boulanger recibió influencias de varios compositores, especialmente de la música francesa del siglo XIX y principios del XX. Entre ellos, se pueden destacar los siguientes:

  • Gabriel Fauré: Fue el amigo de la familia y el maestro de Lili Boulanger, que le enseñó piano y composición. Su música se caracteriza por su refinamiento, su lirismo y su armonía sutil, que se reflejan en la obra de Lili Boulanger, especialmente en sus canciones y en su cantata “Faust et Hélène”.
  • Claude Debussy: Fue el principal exponente del impresionismo musical, que buscaba crear atmósferas sonoras a través del uso de recursos tímbricos, texturales y armónicos. Su música influyó en Lili Boulanger, que adoptó algunos de sus elementos, como el uso de escalas modales, de acordes de novena y de colores orquestales.
  • Maurice Ravel: Fue otro de los representantes del impresionismo musical, que se distinguió por su elegancia, su virtuosismo y su originalidad. Su música también tuvo un impacto en Lili Boulanger, que compartió con él el interés por la música folclórica y oriental, y por la experimentación formal y rítmica.
  • Igor Stravinsky: Fue un compositor ruso que revolucionó la música del siglo XX, con obras como “La consagración de la primavera”, que rompieron con las normas tradicionales de la armonía, el ritmo y la forma. Su música impresionó a Lili Boulanger, que asistió al estreno de “La consagración de la primavera” en París, en 1913, y que incorporó algunos de sus rasgos, como el uso de la polirritmia, la politonalidad y la disonancia.

Legado

Lili Boulanger dejó un legado musical de gran valor y trascendencia, que ha sido reconocido y admirado por generaciones posteriores de compositores y músicos. Su música ha sido interpretada y grabada por numerosas orquestas, coros, solistas y conjuntos de cámara, y ha sido objeto de estudio y análisis por parte de musicólogos y críticos. Su música ha influido en compositores como:

  • Aaron Copland: Fue un compositor estadounidense que creó un estilo musical propio, basado en la música folclórica y popular de su país. Fue alumno de Nadia Boulanger, la hermana de Lili Boulanger, y conoció su obra, que le inspiró para componer algunas de sus piezas, como el “Salmo 90”, que tiene similitudes con el “Salmo 24” de Lili Boulanger.
  • Olivier Messiaen: Fue un compositor francés que desarrolló una obra original y vanguardista, que incorporó elementos de la música religiosa, de la música oriental y de la música de aves. Fue alumno de Paul Dukas, el sucesor de Paul Vidal en el Conservatorio de París, y admirador de Lili Boulanger, cuya música le influyó en su uso de la modalidad, del color y de la expresión.
  • Leonard Bernstein: Fue un compositor, director y pianista estadounidense, que se destacó por su versatilidad y su eclecticismo musical. Fue alumno de Nadia Boulanger, la hermana de Lili Boulanger, y conoció su obra, que le influyó en su uso de la armonía, del ritmo y de la orquestación.

Estos son solo algunos ejemplos de la influencia de Lili Boulanger en la música del siglo XX y XXI, pero hay muchos más que merecen ser mencionados y escuchados. Su música es un testimonio de su talento, su pasión y su genialidad, y una fuente de inspiración para las generaciones presentes y futuras. Lili Boulanger fue una estrella fugaz de la música, que iluminó el cielo musical con su luz.